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03 de agosto del 2009

Código Político. El valor de los pequeños

FOTO: Hiram Rubio

Por Juan José Arreola

El ganador de la pasada contienda electoral fue, sin lugar a dudas, el Partido Nueva Alianza (Panal). De breve historia pero amplia base gracias a su vinculación con el magisterio, logró instalar en la 56 legislatura del estado, a tres ‘profes’ que serán -ni duda cabe- el fiel de la balanza política a partir del próximo 27 de septiembre.

Junto con este trío, jugarán un papel definitorio otros tres diputados: Ricardo Astudillo Suárez, del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), José Luis Aguilera Rico, de Convergencia, y Crecenciano Serrano Hernández, del Partido de la Revolución Democrática (PRD).

En términos llanos, en manos de esta media docena de diputados está el futuro de la próxima legislatura queretana.

*De mayoría a mayoría

A simple vista, tener tres de los 25 diputados representa una fuerza limitada. No obstante, si contextualizamos lo que será la próxima legislatura, la visión cambia.

De acuerdo a los resultados de la contienda electoral del pasado 5 de julio, es el Partido Acción Nacional (PAN) el que mayor representación tendrá en la siguiente legislatura queretana.

El blanquiazul se conserva como la fuerza política más grande al sumar once representantes en la legislatura. Sin embargo, a diferencia de la actual 55 legislatura disminuye la cantidad de diputados al pasar de los 16 que actualmente tiene, a los referidos once.

Dicho en otros términos, el PAN es el más fuerte, pero ya no tanto.

En el segundo lugar se ubica el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que pasa de los cuatro que actualmente tiene, a ocho; es decir, duplica su fuerza de una a otra legislatura.

A pesar de este significativo salto, no logra equiparar su fuerza a la del PAN y, menos aún, hacerse de la mayoría parlamentaria.

Es fuerte pero no tanto, al igual que el PAN.

En la actual legislatura los diputados del blanquiazul “hacen y deshacen”; esto es, cualquier iniciativa, pronunciamiento, petición, postura, mensaje o guiño, solamente se aprueba o rechaza por la “voluntad” de los panistas. La oposición, para ellos, simplemente no existe o la ignoran… hasta ahora.

La mayoría que ahora detentará el blanquiazul en la 56 legislatura ya no le alcanzará para “mangonear” la Cámara de Diputados. Estará obligado a pactar o hacer alianza con otra fuerza (o fuerzas) parlamentaria para lograr que sus planteamientos sean aceptados.

Entonces, la pregunta es ¿con quién habrán de pactar?

*Aquí se ve…

Es en este punto en donde embonan los tres diputados del Panal. En las manos de Antonio Cabrera Pérez, J. Belem Junco Márquez y Abel Espinoza Suárez está, literalmente la posibilidad de darle la mayoría al PAN… o de quitársela.

Cierto es que los tres legisladores mencionados entran al congreso del estado gracias a la coalición que pactaron con el PRI, denominada “Juntos para Creer”, que llevó como candidato a gobernador a José Eduardo Calzada Rovirosa.

Teóricamente, ellos tres habrán de trabajar de manera conjunta con los ocho diputados que obtuvo el PRI, de tal suerte que sumen once y emparejen la fuerza que, por sí solo tiene el PAN.

Si esto sucede así y no se altera la situación, los legisladores del blanquiazul tanto como los del tricolor, tendrán que buscar hacer mayoría aliándose con los otros tres diputados que formarán parte de la 56 legislatura.

¿Quiénes? Los ya mencionados con antelación Ricardo Astudillo Suárez, José Luis Aguilera Rico y Crecenciano Serrano Hernández.

Cualquiera de los dos bloques (PRI-Panal o PAN) tendrá necesidad de tener como aliado, por lo menos, a dos de estos tres.

Y aún cuando se ve el camino más complicado para el PRI, por el reto que tiene de conservar la alianza con los tres del Panal y además sumar por lo menos a otros dos legisladores, no es tan complicado si partimos del hecho que existe mayor afinidad entre este partido y los tres últimos mencionados.

La primera condicionante es conservar, contra viento y marea, la alianza con los profesores del Panal. Si esta se rompe, o hay futuro.

Visto desde otra óptica, no está por demás tener en consideración -por si acaso- la significativa tentación que tendrán frente a sí, la media docena de legisladores que no forman parte del PRI ni del PAN, de pactar alianzas con uno de los dos grupos parlamentarios más grandes, a cambio obviamente, de beneficios particulares.

*El futuro inmediato

En un escenario hipotético, en el que pensemos prevalecerán los principios ideológicos y el beneficio de la ciudadanía, podríamos ver dos grupos legislativos compactos, de once integrantes cada uno, en un abierto y franco debate con la finalidad de convencer a los tres diputados restantes.

Un segundo escenario -que tiene similares posibilidades de concretarse- es el de la disputa por aliarse con estos tres, pero mediada no por las afinidades ideológicas o el ánimo de beneficiar a la ciudadanía, sino por los beneficios personales, económicos.

El tercero, una especie de derivación del segundo, solamente tendría como modificación el que en lugar de tres, sean seis los diputados a convencer.

Muy pronto sabremos cómo vienen los nuevos diputados.

Hoy, lo menos que nos queda decir, es que esperamos que no sean tan malos y frágiles ideológicamente (salvo contadísimas excepciones que no suman más de tres diputados) como los que formaron parte de la 55 legislatura, a la que le quedan pocos días de existencia, gracias a Dios.

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